Para realizar las aclaraciones pertinentes respecto a las drogas voy a tomar la primer parte de Aprendiendo de las Drogas de Antonio Escohotado y resumirlo intentando rescatar de la mejor manera posible todos los conceptos necesarios para tratar de ahora en más con las sustancias. A quien quiera profundizar en estos temas le alentamos a leer el mencionado libro, así como el extenso tratado Historia General de las Drogas escrito también por el emérito filósofo español.
De todas las cosas que ingresan a nuestro cuerpo podemos distinguir varios tipos. Por un lado tenemos los alimentos, aquellas cosas que se asimilan de inmediato y aprovechamos para nuestra condición orgánica. Por otro lado tenemos las cosas que no se asimilan inmediatamente, las cuales conforman dos subdivisiones. En primer lugar encontramos las cosas que son expulsadas intactas del organismo sin causar ningún tipo de alteración, como el cobre o la mayoría de los plásticos; en segundo lugar encontramos las drogas, un tipo de cosas que al ingerirlas provocan una gran reacción, incluso consumiendo cantidades muy pequeñas en comparación con los alimentos. Estas sustancias nos afectan por una cuestión de equilibrio básico en el organismo, se trata de sustancias que son muy parecidas a otras segregadas por nuestro propio cuerpo.
Analizando ahora más enfocados en las drogas encontramos compuestos que nos afectan a nivel corporal y otros que nos afectan no sólo somáticamente sino también en un sentido sentimental dado que son, en su mayoría, parientes o antagonistas de sustancias que trasladan mensajes en el sistema nervioso.
Se les diga medicamentos o drogas, cierto es que estos
compuestos son tóxicos, por lo que pueden causar daño al organismo en
cantidades relativamente pequeñas. Vemos
el caso de la aspirina que es mortal en adultos a partir de los tres gramos, o
del cianuro de potasio que alcanza su letalidad en una décima
de gramo. Para manejarnos en las dosificaciones encontramos el margen de seguridad de una sustancia,
esto es la proporción entre la cantidad necesaria para conseguir el efecto
deseado (dosis activa media) y la cantidad que significaría la muerte (dosis
letal media).
Siendo que todas las sustancias de este tipo son venenos cabe la pregunta de cómo es que un veneno puede ser beneficioso. Pues sucede que el uso de tóxicos en dosis reducidas puede generar reacciones que sirven para tratar los más diversos malestares. En nuestra historia hemos obtenido excelentes remedios de casi todos los venenos existentes; por ejemplificar podemos mencionar de la interminable lista el curare, la atropina, el ergot o la planta digital.
Estos compuestos, dentro del margen de seguridad, presentan muchas veces efectos secundarios que denominamos coste, y un factor de tolerancia, que sería la capacidad orgánica de adaptación a la sustancia.
El índice terapéutico refiere a una medición objetiva de eficacia contra dosis nociva respecto a una medida según el kilo de peso, por ejemplo, podemos decir que el margen en la heroína se encuentra en 1 por 20, el del LSD en 1 por 650, y el de la aspirina en 1 por 15. El coste y la tolerancia, sin embargo, no gozan de la misma objetividad y suelen ser manejadas de manera tendenciosa. “La medicina oficial –dice Escohotado”- ha negado durante décadas la utilidad terapéutica de la cocaína debido a cuadros de hiperexcitación, insomnio, y hasta lesiones cerebrales, mientras recetaba generosamente anfetaminas como tónicos, antidepresivos y anorexígenos, cuando las anfetaminas son estimulantes considerablemente más costosos que la cocaína a corto, medio y largo plazo.”
Respecto al entendimiento de la tolerancia vemos cómo la tendenciosidad de acentúa aún más en nuestros tiempos. Mientras antes se pensaba que la “familiaridad quita al veneno su aguijón” ya que mientras más se consumía una sustancia menos riesgosa era ésta en elevadas dosis, las leyes represivas plantean que el la tolerancia no es un factor que permite al organismo estar en contacto con la sustancia sin efectos nocivos sino que se trata de una medida de su propensión al abuso, ya que el sujeto debe consumir más para igualar el efecto. Lo cierto es que una sustancia con un alto factor de tolerancia presenta menos riesgos de intoxicación aguda que una sustancia con un factor de tolerancia bajo, mientras que el hecho de administrarse dosis crecientes aumenta el riesgo de una intoxicación crónica.
Estos tres factores, tolerancia, coste y margen de seguridad, son las mediciones cuantificables que nos ayudaran a expresar una parte objetiva del análisis de las sustancias en futuras entradas.
Siendo que todas las sustancias de este tipo son venenos cabe la pregunta de cómo es que un veneno puede ser beneficioso. Pues sucede que el uso de tóxicos en dosis reducidas puede generar reacciones que sirven para tratar los más diversos malestares. En nuestra historia hemos obtenido excelentes remedios de casi todos los venenos existentes; por ejemplificar podemos mencionar de la interminable lista el curare, la atropina, el ergot o la planta digital.
Estos compuestos, dentro del margen de seguridad, presentan muchas veces efectos secundarios que denominamos coste, y un factor de tolerancia, que sería la capacidad orgánica de adaptación a la sustancia.
El índice terapéutico refiere a una medición objetiva de eficacia contra dosis nociva respecto a una medida según el kilo de peso, por ejemplo, podemos decir que el margen en la heroína se encuentra en 1 por 20, el del LSD en 1 por 650, y el de la aspirina en 1 por 15. El coste y la tolerancia, sin embargo, no gozan de la misma objetividad y suelen ser manejadas de manera tendenciosa. “La medicina oficial –dice Escohotado”- ha negado durante décadas la utilidad terapéutica de la cocaína debido a cuadros de hiperexcitación, insomnio, y hasta lesiones cerebrales, mientras recetaba generosamente anfetaminas como tónicos, antidepresivos y anorexígenos, cuando las anfetaminas son estimulantes considerablemente más costosos que la cocaína a corto, medio y largo plazo.”
Respecto al entendimiento de la tolerancia vemos cómo la tendenciosidad de acentúa aún más en nuestros tiempos. Mientras antes se pensaba que la “familiaridad quita al veneno su aguijón” ya que mientras más se consumía una sustancia menos riesgosa era ésta en elevadas dosis, las leyes represivas plantean que el la tolerancia no es un factor que permite al organismo estar en contacto con la sustancia sin efectos nocivos sino que se trata de una medida de su propensión al abuso, ya que el sujeto debe consumir más para igualar el efecto. Lo cierto es que una sustancia con un alto factor de tolerancia presenta menos riesgos de intoxicación aguda que una sustancia con un factor de tolerancia bajo, mientras que el hecho de administrarse dosis crecientes aumenta el riesgo de una intoxicación crónica.
Estos tres factores, tolerancia, coste y margen de seguridad, son las mediciones cuantificables que nos ayudaran a expresar una parte objetiva del análisis de las sustancias en futuras entradas.
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