Dosificación de LSD


Dosificación de LSD

A priori me gustaría realizar una distinción, tomada prestada de Antonio Escohotado respecto a las alucinaciones y visiones, dado que resulta relevante para estos casos y la terminología suele ser mal empleada, prestando a confusiones.  Para lograr la mayor claridad posible me tomaré la libertad de citar el fragmento casi en su totalidad. Dice el emérito: 

Suelen conocerse como “alucinógenos” los fármacos de excursión psíquica, borrando así diferencias decisivas en el efecto. Visión arranca de conceptos como el griego theoreia, que significa contemplación y mirada a distancia. Alucinación, que se define en los manuales como “percepción sin objeto”, tiene su raíz en experiencias de perturbados sin drogas (vulgarmente conocidos como locos) […] Visión y alucinación se distinguen por el grado de credulidad inducido en cada caso. Usando ayahuasca, por ejemplo, [las formas y seres que se ven] dependen de yacer tumbado en la oscuridad, libre de ruidos o voces inmediatas, y el sujeto se sabe inmerso en una visión determinada, por mucha angustia o asombro que el cuadro le produzca. Quien padece un delirium tremens alcohólico o de tranquilizantes, en cambio, no sólo verá cocodrilos en su chimenea o arañas bajo su piel, sino que tratará de tomar medidas acordes a una realidad inmediata de tales percepciones, lanzando objetos contundentes contra el adversario de la chimenea o rascándose hasta lacerar la piel. En un caso la conciencia cree, admitiendo lo inaudito, y en otro se ve reducida, hasta el extremo de actuar sobre la base de una credulidad ciega.” 

Debemos entender entonces que alucinógeno no es lo mismo que visionario. En el caso del LSD nos encontramos sin lugar a dudas ante una sustancia visionaria.

A continuación se detallan los efectos que produce la dietilamida del ácido lisérgico según la dosis, expresada en microgramos. Nótese que los efectos son subjetivos y por tanto pueden variar de sujeto en sujeto, así como también los efectos de cada dosis varían según la susceptibilidad del sujeto ante la sustancia. Los detalles siguientes son el resultado aproximado de numerosos testimonios a lo largo de los años así como de cuantiosas experiencias personales que corroboran lo dicho en gran medida. Según cada dosis se detalla los efectos que surgen con la dosis correspondiente, dando por sentado que los efectos de dosis anteriores permanecen; es decir que con el aumento de las dosis los efectos no cambian sino que se suman, se potencian y se generan nuevos. 

Como aclaración pertinente he de decir que tanto el consumidor inexperto como aquella persona completamente ajena a los efectos de las sustancias visionarias llegarán a un punto en que la dificultad de comprender los efectos se tornará un obstáculo prácticamente ineludible siendo, además, que cualquier explicación, por más elaborada y minuciosa que sea, no podrá poner en palabras las experiencias más intensas producto de las dosis más elevadas. Llegado el punto los efectos escapan a todo lo que conocemos y concebimos como posible, especialmente cuando se pasa a un plano espiritual, por lo que no enfatizaré tanto en este tipo de efectos (los ocurridos en otras dimensiones existenciales) y haré mi mejor esfuerzo por explicar aquello que se encuentre en la posibilidad de la palabra. Pido que se comprenda que, siendo siempre la palabra una representación, no se podrá sortear la limitación que representa la representación de lo irrepresentable. 

20 Mcg- Con esta dosis uno puede encontrarse en el umbral de la experiencia. Los efectos son muy leves y no generan un impacto aparente en la conducta, no aparecen efectos alucinógenos ni visiones de ningún tipo, la mente permanece imperturbada. Puede sentirse un suave subidón corporal, como si el cuerpo fuese más liviano que de costumbre y se puede reconocer el cuerpo propio con cierto grado de extrañez. Es posible que asome una ligera euforia, el estado de ánimo mejore y se esté más predispuesto a realizar actividades de diversa índole, especialmente lúdicas. No obstante, éste no siempre es el caso y tampoco resulta realmente evidente sino que muchas veces está relacionado a una autosugestión y a la predisposición del consumidor previa al consumo.

40 Mcg- En esta dosis el umbral aún no es atravesado, los efectos anteriormente relatados se acentúan notoriamente. Aunque algunos ya pueden empezar a declarar la aparición de efectos visuales rara vez se manifiestan en una dosis de este tipo. La percepción del cuerpo se ve alterada, se puede sentir con mayor intensidad la respiración propia, notar la circulación de la sangre por el cuerpo y muy a menudo los usuarios reportan deseos de sentarse o recostarse. Las bocanadas de aire suelen resultar placenteras siendo que dan lugar a un escaneo general del cuerpo y permiten una relajación aguda. Rara vez se produce ansiedad, malestar o disgusto por los efectos. Estos síntomas pueden deberse a un rechazo hacia el nuevo estado, generalmente motivado por miedo a lo desconocido o por mero rechazo a la sensación de intoxicación. Más raro aún en esta dosis son las náuseas, normalmente producto del rechazo recién mencionado, como intento del cuerpo por purgarse. Casualmente el vómito es la salida más recomendada pues no genera un malestar sino la sensación de descarga y purificación, tras la regurgitación el sujeto no vuelve a presentar náuseas. Es también aconsejable comer liviano o directamente saltearse comidas previas a la sesión psicodélica para evitar este tipo de cuadros, teniendo en cuenta que el hambre no será un inconveniente pues el apetito desaparece bajo los efectos de la sustancia.

60 Mcg- Nos encontramos aquí a la dosis típica del blotter de mala calidad, el más común y fácil de conseguir, usualmente económico y vendido por vendedores descuidados que no se ocupan de mantenerlo en óptimas condiciones, por lo que termina perdiendo calidad. Esta dosis es lo que muchos experimentan tras el consumo de un cartón regular. El subidón corporal se acentúa fuertemente y resulta muy perceptible desde el principio, siendo de los primeros efectos notables, aunque después pasa a un segundo plano o queda muy relegado en la percepción dado la aparición de nuevos efectos. La sensación corporal es un tanto complicada de describir, el estómago puede sentirse medio revuelto durante las primeras horas, el cuerpo parece no pesar ni por asomo su peso usual, las piernas pueden sentirse extrañas y aletargadas por lo que es muy normal que alguien quiera sentarse o recostarse y luego no quiera salir de la comodidad encontrada en el letargo, las manos pueden temblar en mayor o menor medida. En ocasiones se da el caso contrario; el sujeto experimenta la necesidad de estar en movimiento y gusta de caminar, ya sea recorriendo las calles, un parque o la misma habitación en que se encuentra, trazando un recorrido que le lleva a ningún lado. Algunos usuarios reportan la sensación de quedar chicos dentro del cuerpo, como si se les estuviese oprimiendo y recurren a aflojarse la ropa, por lo que es recomendable usar ropa cómoda desde el comienzo. Otros reportan sentirse sumergidos en agua. La visión periférica parece aumentar, los colores adquieren una intensidad mayor y las luces se vuelven más brillantes, lo cual esté probablemente relacionado con la dilatación de las pupilas (esto es simple suposición). La música suena diferente y genera un especial interés pues pasa a tener un impacto directo sobre el estado de ánimo aunque puede obviarse y quedar relegada por la situación en la que se esté. En esta dosis los efectos comienzan a durar bastante más que en dosis más bajas. La experiencia suele ser gratificante y es realmente extraño que alguien reporte malestar pues no se está tan distanciado del estado de consciencia regular como para generar sopor o miedo. Por esta misma razón esta dosis no es generalmente considerada un “viaje” en sí sino una noción superficial de algunos efectos psicodélicos.

90 Mcg- Los colores se vuelven brillantes y surgen nuevos efectos visuales. Todas las superficies adquieren propiedades; se las percibe levemente vibrando, doblándose, moviéndose o respirando. Estos efectos se acentúan o disminuyen según la forma de la superficie, los juegos de sombras y los patrones que presente la superficie en sí. Una pared lisa pintada de blanco probablemente presente menos movimiento que una mesa de madera con vetas. Los pensamientos toman un tinte diferente, se puede notar un cuestionamiento constante sobre las cosas, afloran numerosos recuerdos, algunos de los cuales no se tenía siquiera noción. Son varios los casos en que el consumidor clama tener acceso a muchísimos recuerdos de la infancia y rememora cosas que había olvidado hacía ya mucho tiempo. Los pensamientos toman velocidad, a veces resulta difícil comunicarse por no poder hablar con la misma rapidez en que fluyen las ideas, dando lugar a confusiones entre lo que se dice y lo que se piensa por ser dispares y quedándose en el medio de una frase sin recordar a lo que se quería llegar o sin poder introducir al interlocutor a la conclusión arribada tras unas enorme cadena de ideas. La memoria a corto plazo se ve afectada ya en esta dosis por lo que es recurrente que se den patrones de pensamiento repetitivos y se confundan eventos recientes. Un efecto para nada extraño en esta dosis es repetir mentalmente conversaciones ocurridas hace poco tiempo durante los momentos de silencio o directamente imaginarlas perdiendo noción de si las conversaciones vienen de dentro o si se trata de conversaciones que realmente están ocurriendo. En cualquier caso esto no genera un malestar ni inconveniente de ningún tipo y es fácil de verificar despejando las dudas. El acelerado proceso de los pensamientos se ve acompañado de una notable consciencia de todo lo que sucede y rodea al sujeto. La persona bajo los efectos de esta dosis se percata con creces de todo lo que sucede a su alrededor y puede incluso llegar a ocupar su atención en varias cosas simultáneamente.

110 Mcg- Nos encontramos aquí a la dosis usual de un blotter de alta calidad. Los efectos visuales se vuelven mucho más evidentes. El campo visual puede adquirir varias capas y a veces llega a notarse como una capa superpuesta a otra, algunas capas del campo visual se ven como onduladas y en constante movimiento, incluso por sobre el movimiento de las superficies. Las superficies pueden adquirir nuevas características, sea cual fuere la forma. Sobre un mueble, una pared, el piso, el techo e incluso la ropa pueden percibirse patrones geométricos y hasta patrones dibujados de culturas antiguas. No es raro que el sujeto manifieste encontrar patrones mayas, aztecas, egipcios, celtas, greco-romanos, entre otros. El tiempo pasa a ser percibido de múltiples formas, la noción del tiempo se pierde fácilmente aunque no genera esto cambios significativos en la experiencia.  La música adquiere una dimensión antes desconocida. Las cosas se sienten –a veces incluso se ven claramente- vibrar con una frecuencia determinada. La música pasa a ser el centro de atención, dominando todo a su paso. Las vibraciones de la música se vuelven perceptibles e identificables e imponen ritmo y patrones al resto de los efectos. Uno mismo puede sentirse vibrando súbdito de la música, en pura emoción. Al cerrar los ojos comienzan a aparecer figuras de colores en movimiento tras un fondo negro que se intensifican mientras más se mantiene el sujeto concentrado en ellos con los ojos cerrados.

150 Mcg- Encontramos en esta dosis el máximo a lo que puede apuntar una persona sin mucha experiencia sin verse sobrepasada por la intensidad del viaje. Esta dosis suele darse tras el consumo de un cartón y medio o dos de relativa calidad. Los efectos son prácticamente los mismos que con 110 microgramos pero se profundizan incrementando notablemente su potencia.

200 Mcg- Aquí es donde la experiencia puede tornarse particularmente poderosa. La cabeza gana una velocidad increíble tras una pronunciada aceleración desde el comienzo de los efectos. Las cosas reflejan la luz que les impacta y se pueden percibir colores en cada halo de luz reflejado por lo que parece que las cosas irradian color y energía quedando el sujeto siempre embelesado por tal efecto visual. Las cosas producen un placer estético antes inaudito, el simple hecho de contemplar genera una reacción emocional e intelectual impensada. Los efectos visuales a ojos cerrados se vuelven contundentes, las imágenes se tornan vívidas y el movimiento de los colores de manera geométrica se presenta hipnótico, hermoso e infinito, sin embargo uno no queda necesariamente inmerso en lo que ve a ojos cerrados sino que lo distingue como un nuevo campo visual. Las visiones tienen infinitas variantes por lo que se vuelve imposible detallarlas en su totalidad. Para un novicio esta dosis es simplemente demasiado alta aunque un viajero experimentado puede sacarle muchísimo provecho e, incluso, manejarla con tranquilidad. Los pensamientos se vuelven increíblemente profundos y reveladores, parecen ir mucho más allá de uno y se hacen conexiones nuevas entre conceptos. Todo lo aprendido, lo tenido como cierto, todo ápice de realidad es sometido a juicio, todo es cuestionado y a cada pensamiento se le busca una vuelta, toda “verdad” puede derrumbarse en cualquier momento. La autocrítica suele ser inevitable, la introspección se da con gran fuerza, especialmente en los momentos de silencio o soledad. Muchas personas pasan a sentir vergüenza de sí mismos, teniendo largas conversaciones en sus cabezas y reevaluando conductas y objetivos.  Estas experiencias suelen ser críticas en el sentido de ser un punto de inflexión. Suelen ser experiencias enormemente realizadoras, mucha gente encuentra espiritualidad y genera un gran cambio en su vida a raíz de estos viajes. Esta dosis ya tiene el poder de repercutir significativamente en la persona por lo que nunca debe llegarse a esta cantidad sin una adecuada preparación y la debida experiencia, de forma que no repercuta negativamente.

He de hacer una aclaración personal en este punto. Personalmente no conozco un solo caso en que este tipo de experiencias hayan repercutido negativamente en la vida del consumidor, en el peor de los casos la persona volvió a ser tal cual era antes de consumir la sustancia pero con una gran experiencia en su cuenta, sin que esta cambie en absoluto su manera de ser. He atestiguado, no obstante, gente cuya vida a tomado un rotundo giro tras la experimentación con estas dosis e incluso más elevadas y siempre para bien. Un cercano amigo cambió enormemente sus hábitos, asumió todas las responsabilidades de las que había huido hasta entonces, optó por una dieta balanceada y saludable, una rutina de ejercicio físico y lleva mucho tiempo manteniendo iniciativa y predisposición tras haber padecido una profunda depresión y desprecio hacia sí mismo tras, en sus palabras, “encontrar un amor incondicional para consigo mismo”. Yo mismo, en diversas experiencias, impulsado por la excursión psíquica he superado una gran cantidad de miedos y trabas autoimpuestas, he adoptado hábitos saludables en detrimento de otros nocivos, he superado mi procrastinación, asumido responsabilidades a las que me negaba sin saberlo y he notado un enorme crecimiento personal a raíz de experiencias tan intensas como provechosas. Esto no quiere decir, de ninguna manera, que las experiencias con repercusión negativa no existan. Personalmente creo que con la debida preparación son siempre evitables y definitivamente son siempre las menos.

250 Mcg- Esta es la dosis con que Albert Hoffman, creador del LSD, se administró a sí mismo el 19 de abril de 1943 con el fin de incursionar en sus efectos, experiencia excelentemente documentada y disponible para cualquiera que desee investigar sobre ella. El pico de esta dosis puede ser extremadamente intenso y a medida que se “baja” la experiencia suele volver progresivamente más amena. La música puede marcar una diferencia abismal en un viaje de este nivel y la música adecuada puede llegar a causar una enorme cadena de descargas emocionales que varían desde las lágrimas más desgarradoras hasta fuertes carcajadas durante extensos períodos de tiempo. Tal es la descarga y la liberación posterior que el cuerpo puede quedar temblando del cansancio provocado por la risa. Los efectos a ojos cerrados comienzan a ser ya indescriptibles, se trata de figuras, colores y patrones de altísima intensidad, uno puede encontrarse de todo y las visiones suelen seguir cierto hilo conductor, completando alguna historia y refiriéndose a alguna idea subyacente al viaje que se venía arrastrando previamente. Pueden aparecer entes autónomos con los cuales se llega hasta dialogar y si se le dedica tiempo la inmersión en las visiones puede ser total, de la misma forma que uno se sumerge en el sueño pero con todas las características lisérgicas.

300 Mcg- Con esta dosis ya se está entrando a un terreno pesado, aunque para muchos esta dosis no se considera aún una dosis fuerte o alta. Los efectos son muy parecidos a los que se dan en los 250 microgramos pero con mayor intensidad. Aquí es donde muchos prefieren marcar la línea pues sería el límite entre experiencias intensas y experiencias realmente inefables, que bien podrían pertenecer a otro mundo y de las cuales se torna engorrosa su explicación.

400 Mcg- La mayoría de los psiconautas nunca llegarían tan lejos a no ser de estar completamente seguros de la pureza del ácido en cuestión además de tener la certeza de querer llegar a niveles tan lejanos de exploración psíquica. Esto no quiere decir que haya pocos testimonios pues, si bien no son muchos quienes se animan a llegar hasta acá, quienes lo hacen suelen tener un gran nivel de curiosidad o deseos de exploración directamente relacionados con el conocimiento de aquello trascendental por lo que generalmente se dedican a documentar sus experiencias tras el viaje con el fin de comunicarlo y prestarlo a un mayor análisis. En estos estados la sinestesia es bastante común. Los estímulos se vuelven tan intensos que no alcanza con un solo órgano perceptual para analizar el estímulo en cuestión, por lo que el cerebro toma prestadas otras formas de interpretación, mezclando los sentidos. Pueden así verse los sonidos o escucharse los colores. Los efectos visuales alcanzan niveles mucho más intensos y los patrones y colores aparecen por todos lados, incluso en el aire. Toda esta interpretación del mundo, en color y en formas, resulta de una belleza elevada y siempre son comentadas con júbilo por quienes las experimentan. Ante tal placer estético, por ejemplo al poder ver la música en colores y movimiento en el aire, los viajeros pueden llegar a segregar lágrimas en un intento de descarga emocional por lo que se está experimentando.  El tiempo pasa a ser ahora un concepto extremadamente extraño, la percepción temporal se ve tan afectada que pierde por completo el sentido. Tras un análisis sobre la infinitud del universo, los ciclos vivenciales, la experiencia del presente, el derrumbado velo de la idea del pasado y del futuro, sumado a experiencias transdimensionales con los ojos cerrados y un acercamiento hacia la figura de lo eterno, muchos claman realmente comprender la inexistencia del tiempo. Un factor común es el literal congelamiento del tiempo que se da en los llamados “momentos de eternidad”, donde el tiempo cesa todo tipo de existencia, incluidas la conceptual y la simbólica, y el viajero se siente uno con el universo, gozando de su eternidad. Esta dosis es altamente letárgica, el movimiento corporal se vuelve difícil y molesto y prima todo el tiempo la necesidad de reposar en un lugar cómodo. El hecho de desplazarse no sólo genera molestia sino que también provoca una desorientación aguda, producto de un campo visual altamente estimulante para todos los sentidos, dando el movimiento un profundo estado de saturación. A partir de esta dosis se reporta una increíble noción del propio estado de ánimo y el sujeto puede interactuar con sus emociones de una forma impensada dado un contacto directo con las. Es muy usual escuchar o leer que estas dosis provocan profundos cambios en la vida de quien la ha experimentado o, a lo sumo, profundas reflexiones respecto a diversos temas. La sugestión en estos estados alcanza ya un nivel supremo, cualquier estímulo externo puede tener un profundo impacto en las emociones, las cuales fluctúan sin estabilidad alguna y gozan de una intensidad muchísimo mayor al estado de sobriedad. Por esto es extremadamente importante encontrarse en un  ambiente controlado, cómodo y familiar y es siempre recomendable que haya una persona sobria de confianza que pueda dirigir el viaje hacia emociones positivas, ayudar brindando contención, y disponer de cualquier cosa que el viajero necesite siendo que éste se encontrará en un estado de parálisis cuya interrupción genera malestar; además de, por supuesto, ocuparse de cualquier eventualidad o potencial riesgo.    

500 Mcg- Tanto las visiones como los efectos visuales toman una fuerza superior a todas las dosis anteriores, todo el campo visual se ve colmado de movimiento, brillo, color y patrones de todo tipo. Los objetos suelen perder el contorno y fusionarse unos con otros. Los efectos con los ojos cerrados tienen una potencia impresionante, con cerrar los ojos alcanza para quedar sumido en un mundo etéreo de pura energía, un mundo de luz, color, movimiento y belleza plena. Es en esta dosis donde se suele dar la destrucción completa o la fragmentación del ego. Progresivamente el sujeto cede ante la experiencia hasta encontrarse en pleno placer existencial, dejando de percibirse como individuo y perdiendo cualquier clase de pensamiento. La concepción de uno mismo se pierde en un punto cúlmine de gloria y brío. El psiconauta puede llegar a un punto que suele reconocerse como la energía pura, un poder total, infinito, inmutable e inmortal, aquello que uno todo y a la vez es todo y puede sentir ese poder en la medida que deja de ser sí mismo. En pleno éxtasis el sujeto pasa a ser todo lo que existe, a llenarse de un poder divino inimaginable y adquirir una paz completa. De repente cualquier contradicción, cualquier malestar, cualquier idea, cae, se desvanece y da lugar a un universo pleno y ordenado dentro de uno. Para llegar a este estado el viajero debe enfrentar lo que parece su propia muerte, relajarse y asumir que su viaje lo lleva a esa luz o poder absoluto. Se pierden todas las ataduras a un mundo carnal que parece ilusorio, un mal chiste, un lugar limitado en el que se permanece engañado y dormido, privado de la plenitud de la existencia misma. Eventualmente se vuelve de forma esporádica al cuerpo con una paz completa sintiéndose realizado y llevando la conclusión que cada uno pueda tener tras semejante experiencia. A ojos abiertos los objetos adquieren nuevas dimensiones, las cosas saltan a la vista dejando rastros de colores y brillo, la luz se ve como energía y puede distinguirse en el aire. La “realidad” ya parece algo enormemente lejano.  Las cosas pueden comunicarse con uno y casi toda comunicación verbal es imposible durante el pico. El campo visual parece adquirir kilómetros y kilómetros de profundidad. La visión de todas las cosas se ve continuamente envuelta en patrones geométricos, fractales de muchísimos colores que se repiten sucesivamente siendo unos productos de otros. Los patrones pueden variar entre muchas formas, ya sean espirales, fractales, movimientos ondulares, dibujos de culturas antiguas, conjuntos de Mandelbrot, entre otros. Fijar la vista en un punto determinado puede significar irse hasta los confines de lo eterno. Se pueden sentir emociones contradictorias simultáneamente. Es en esta dosis donde los viajeros más intrépidos y experimentados suelen decidir trazar la línea de su excursión.

700 Mcg- En estas dosis se vuelve aún más complicada cualquier explicación dada su lejanía de los conceptos con los que estamos familiarizados. En las dosis de 700 microgramos en adelante son comunes las experiencias en tercera y hasta cuarta persona, donde el sujeto se ve a sí mismo desde fuera e incluso puede llegar a percibirse percibiéndose a sí mismo. Así también son comunes los fenómenos de percepción extrasensoriales, es decir, el proceso y adquisición de información por otra vía que los sentidos conocidos. Los mismos sentidos parecen mezclarse entre ellos y romper múltiples barreras. Es muy común encontrarse frente a visiones relacionadas con diversas cultures, encontrándose así con simbología propia de los hindúes, aztecas, mayas, nativo-americanos, indios e incluso africanos. A partir de esta dosis la administración de una cantidad más elevada de la sustancia se vuelve menos significante puesto que los efectos son bastante similares aunque aumentan en potencia.

1000 Mcg- La mayoría de la gente nunca llegaría hasta esta instancia tan alta. Solamente algunos chamanes y aquellos que buscan seriamente la excursión psicodélica se animarían a emprender un viaje de este tipo. Básicamente no se puede ver nada excepto efectos visuales, las cosas dejan de distinguirse y se pasa a ver puro movimiento y geometría. La mente en su totalidad se encuentra infinitamente conectada con la consciencia a la vez que con el entorno externo. Esta dosis simplemente paralizaría del miedo durante horas a cualquiera que no tuviese suficiente experiencia y preparación. Algunas personas que llegan a este estado quedan convencidas de que están muriendo y terminarían llamando a emergencias si pudiesen distinguir los números en el teléfono.

1500 Mcg- Muy pocas personas han llegado a consumir tal cantidad de LSD, por lo que la documentación y los testimonios son muy escasos. No obstante, de los testimonios aún podemos rescatar algo y cabe imaginar la intensidad de esta dosis. Se debe remarcar que para algunas personas el riesgo psicológico con esta dosis es inmenso.
Los sujetos dejan de percibir completamente la separación entre un objeto y otro. Se reporta que no se puede ver ni la propia mano enfrente de la cara, absolutamente todo es efecto visual. Tanto el ámbito cognitivo como el visual se ven bañados por una intensa luz. Algunas personas olvidan respirar con frecuencia y no es raro que la persona quede inconsciente poco después de ingerida la dosis. El ego se pierde completamente y se produce un encuentro con las mayores deidades imaginables, reportados como los organizadores del conocimiento moradores del lugar sin consciencia. Estos seres son millones de veces más inteligentes que los seres humanos, se ha llegado a decir que se trata de una neurología autoconsciente, sea lo que fuere que signifique. Se trata de los matemáticos detrás de la consciencia e incluso detrás de los efectos visuales. La desconexión con el mundo visual es total, los sentidos directamente dejan de funcionar en su forma habitual, el sujeto se funde completamente con el espacio y con todos los objetos del universo, despojado de su noción de sí mismo. La pérdida de realidad se vuelve tan severa que desafía cualquier explicación. Los anteriores niveles pueden ser relativamente explicados de alguna u otra forma, aunque nunca en su totalidad, siendo que son cambios perceptuales y patrones de pensamiento pero la dificultad de definir este nivel radica en que todo el universo conocido cesa su existencia. Algunos claman alcanzar el Nirvana directamente.   

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